Aceptar
Añadir
Comprar
Comprar
Cancelar
JULIO VALDEÓN

El Cultural

JULIO VALDEÓN

Erizante libro de Julio Valdeón, Autorruta del sur (Efe Eme). Se trata del alarde literario de un escritor en plena madurez creadora. Se escuchan en sus páginas las músicas hirientes de la negritud americana, con el desgarro del trombón de varas, la seducción del oboe, las voces angustiadas del corno, el contrafagot insolente, el destrozo rítmico de los timbales... Julio Valdeón convierte en música la literatura, en agresividad la metáfora, en perplejidad la adjetivación. Su construcción sintáctica de vanguardia parece extraída de la piel descarnada de la negritud, la atroz actividad del ku klux klan, la hemorragia de Martin Luther King, el triunfo final de la música, el heavy metal y el frenesí de la danza. En los años sesenta del siglo pasado mantuve largas conversaciones en Nueva York con Manuel Blanco Tobio, periodista de excepción que ganó en campo contrario el Premio Mariano de Cavia. “No tienes la menor idea –me dijo– de la realidad americana”. Y durante un mes viajé con él en automóvil, mano a mano, desde Nueva York a Los Ángeles deteniéndonos en las ciudades que definen la otra imagen de los Estados Unidos. Sesenta años después, mi viaje por la América profunda ha transcurrido a través de las letras del último libro de Julio Valdeón, esculpido sobre las crestas doradas de la música negra. La escritura del autor es la expresión de la belleza por medio de la palabra, al margen de lo que en ella explosiona, que es mucho, letra a letra. “Miles de adolescentes negros –escribe– serán pasto de gusanos tras comerse una bala, o castigados con postre de prisión por fumarse un porro de maría o creer que recorrerían el Hudson a braza luego de inhalar media papela de crack”. Para Julio Valdeón, el sur de Estados Unidos, que recorre a lomos de los dragones musicales, es “un territorio rico de espectros, adobado de música, con aroma a carne humana y especias”, el lugar, en fin, en el que nació el rock and roll, asfixiado por las plantaciones de algodón. Ya en el coche, en pleno viaje por la América profunda, Julio Valdeón pincha la versión de (Ghost) Riders in the Sky, de Johnny Cash. El lector escucha a los jinetes que cabalgan con ímpetu y oye sus gritos lastimeros. Son los vaqueros fantasmas en el cielo del “yippie oh, del yippie i-ay”. Valdeón explica que Cash, limpio durante una década, volvió a consumir la droga bendita y retomó los viejos hábitos farmacéuticos, hasta que la enfermedad devoradora le consumió en una silla de ruedas. “Tan solo estoy agradecido por el viaje y por haber sobrevivido a las batallas. Y mi botín de la victoria eres tú”. En su lápida se revela el salmo, que en la traducción bíblica de Valera en el año 1600 dice así: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía y redentor mío”. El autor de Autorruta al sur pasa, camino de Natchez, por Florence y Muscle Shoals, dos de los santos lugares del soul hasta detenerse en Tupelo, la patria chica de Elvis Presley. La otra América, la América que provoca heridas todavía sin cicatrizar, margina el esplendor del incendio neoyorquino o la parafernalia de San Francisco. Es la que desfila por las páginas musicales de Julio Valdeón. Norman Mailer sostenía que “la relación agonizante entre negros y blancos, casi extinguida, estrangulada y llena de odio, es todavía nuestra gran historia de amor nacional”. Y no le falta razón. Ha costado más de dos siglos, pero la cultura de la negritud desafía a todos los intelectuales, en la poesía, en los campos universitarios y en el deporte... La América blanca se rinde entre hemorragias y degeneraciones. Escritores como Major, Flowers, Stev, Plumpp, Alice Walker o August Wilson han padecido, según Valdeón, hasta “aceptar los persistentes traumas generados por las costumbres populares de los blancos, tan características y letales...”. Se humaniza entonces el autor y habla de los que hacen el amor “en una habitación de paredes muy blancas y muebles de pino, mientras fuera suenan acordeones y voces de juerga entre el estruendo de los cohetes y la luz de los coches de choque, filtrados por los ventanales y pintando el cuerpo de Mónica de azul cian, de bermellón y dorado”. Perdería yo la objetividad si no dijera que sobresale también en este libro el prólogo espléndidamente escrito por Luis Lapuente y que abre el sueño de los lectores que no se arrepentirán en dedicar un fin de semana a la lectura de este Valdeón extraordinario. Seguir leyendo

1E Ejemplar
1,24€
Carrito de la compra
1M 1 Mes
4,99€
Carrito de la compra
3M 3 Meses
-
6M 6 Meses
-
1A 1 Año
45,99€
Carrito de la compra

Las tarifas que se muestran se aplican a las compras a través de la plataforma web de Kiosko y Más

Regala El País