EL PAÍS
LEÓN XIV, EN LA ESTELA DE FRANCISCO
● Fue obispo en Perú casi una década y ofrece un perfil de consenso entre el Norte y el Sur Salió la fumata blanca al filo de las seis de la tarde: “Habemus papam”. La elección de León XIV, el estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, supone el triunfo de la continuidad del legado de Francisco. El primer papa de EE UU, aunque muy vinculado a Perú, era el gran candidato en la sombra del sector reformista, pero con apoyos en distintas direcciones, menos temido por los conservadores gracias a su talante discreto y centrista. Agustino, misionero, conocedor de la curia, con padres de raíces italianas y españolas, ha pasado dos décadas en Perú, donde fue obispo de Chiclayo, por lo que conjuga un perfil de Norte y Sur, una opción segura a la hora de elegir a un occidental. Ha sido fiel colaborador y seguidor de las reformas y procesos de apertura de Francisco, quien lo nombró primero obispo de Chiclayo, una diócesis pobre, y luego prefecto del potente Dicasterio para los Obispos. Durante el sínodo, mostró habilidad para la mediación. En la Iglesia estadounidense, muy polarizada en la era Trump, es alguien capaz de conciliar a los dos bandos. En sus primeras palabras, León XIV desplegó un estilo muy distinto de su predecesor, sin improvisar, menos coloquial. Visiblemente emocionado, su mensaje en la plaza de San Pedro fue de continuidad y conciliación: “Ayudadnos a construir puentes”, dijo. Mencionó a Francisco, a quien calificó de “valiente”, y apostó por “una Iglesia sinodal”, es decir, más participativa, que “busca siempre la paz” y cercana a “los que sufren tanto”. Seguir leyendo
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